Al llegar a mi destino, dejé caer la mochila al suelo junto a un árbol y me senté en el césped apoyando la espalda en éste. Era mi lugar preferido, suerte que no me lo habían vuelto a quitar tal y como pasó la semana pasada, siempre después de clase me dirigía al mismo parque y junto al mismo árbol me sentaba a leer, a observar el cielo o simplemente a ponerme a pensar, aunque eso sí, quien no podía faltar eras tú.
Siempre estabas ahí cuando te necesitaba, lograbas tranquilizarme en mis peores momentos, que me olvidase de todo, que dejase de pensar o incluso que sonriese a veces mientras se me escapaban algunas lágrimas, riéndome por lo estúpido que puedo llegar a ser.
Miles de veces me he preguntado, cómo sería mi vida sin ti, una vida de “silencio” sin poder disfrutar escuchándote, disfrutando de cada instante contigo… sin nada a lo que acudir cuando no le encuentre sentido a las cosas, sin nada en lo que apoyarme, que me de consejos y que me haga ver la realidad tal y como es, sin máscaras ni disfraces.
Es increíble lo que me haces sentir, consigues que los pelos se me pongan de punta, que ría, que llore, que recapacite, que comprenda, que me divierta, que me anime… son tantas cosas…que definitivamente mi vida sin ti sería imposible…
Y si te estás preguntando de quién hablo, por supuesto, me refiero a la Música. =)
