martes, 6 de mayo de 2014

Betrayal.

Levanté la visera de mi casco para otear el horizonte. La imagen no pudo ser más perturbadora, el ejército enemigo se acumulaba a lo largo del valle y parecía no tener fin.

El miedo se dibujó en mis ojos y se fue traspasando al resto de mi cuerpo quedando éste totalmente paralizado mientras mis camaradas pasaban alrededor mío.

Por un momento empecé a cuestionarme todo: ¿dónde estaba?, ¿qué estaba haciendo aquí?, ¿por qué tuve que abandonar la seguridad de mi hogar? Aun con dudas en mi mente, intenté avanzar paso a paso, sin detenerme y sin mirar atrás.

Cuando quise darme cuenta estaba corriendo espada en mano y soltando alaridos incomprensibles dejando atrás a mis compañeros de armas para encabezar la embestida. Estaba deseando poder defender mi honor, demostrar que valgo mucho más de lo que pensaban algunos ilusos, mitigar las dudas que existían sobre mí y defender aquello en lo que creo.


Sumido en esos pensamientos me hallaba cuando una flecha ahogó mis gritos de furia al atravesarme la garganta. Aturdido y dolorido di un traspié cayendo sobre mi rodilla derecha. Al levantar la mirada no tardé en sentir como una nueva flecha me atravesaba la espalda. Desconcertado miré hacia los que creía mis camaradas, a los que pensaba que darían su vida por mí, cuando otras dos flechas más se alojaron entre mis costillas y un soldado con los mismos colores que yo en su armadura acababa con mi agonía clavándome su espada bastarda en el corazón. Me habían traicionado.








domingo, 28 de octubre de 2012

A little piece of Heaven.

Por fin. Por fin un fin de semana en condiciones.

Y es que ya iba siendo hora. Después de tanto tiempo encerrado en mi mismo y sin ninguna motivación para esos días de descanso a la semana, al fin parece que la cosa cambia.

Siendo sincero, con esta entrada no pretendo transmitir un mensaje, bueno, quizás sí, un mensaje de alivio, felicidad, y alegría por haber cambiado el curso de los acontecimientos. Ya cansaba eso de estar encerrado esperando a que alguien me "sacase de paseo", cansado de sentirme vacío y un tanto solo.

Sé que no es nada extraordinario, es un fin de semana más, pero he podido compartirlo con gente que de verdad me importa. Gente que al fin y al cabo siempre ha estado ahí. Pero sin duda, ha sido el mejor fin de semana en mucho tiempo, un fin de semana de lo más normal y a la vez de lo más perfecto.

La verdad, ya me da un poco igual pensar en todos aquellos que se han ido alejando. Si lo han hecho ha sido porque han querido y ya no hay marcha atrás, así que sólo queda mirar hacia adelante y rezar para que por favor, siga habiendo más fines de semana normales.

"La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad", Sir Francis Bacon

martes, 2 de octubre de 2012

Sometimes things aren't as we want.


And I'm gone, gone, gone...

Las palabras no dejaban de resonar en mi cabeza a la vez que la canción procedente de mis auriculares martilleaba mis tímpanos. En ese momento no me dí cuenta de cuánta razón tenía esa frase y es que realmente me había ido. Me había alejado de mucha gente, me había alejado de mi rutina, hasta de mí mismo.

Había veces que incluso no me reconocía y ese día no era una excepción. Me aburría en casa como muchos otros fines de semana sin nada interesante que hacer así que con mi pequeña libreta en mano y un bolígrafo me dispuse a dar un paseo.
Me coloqué los auriculares y empecé a andar hasta llegar a uno de mis sitios favoritos para pensar y escribir, así que me senté y me dediqué a observar como el sol descendía por una colina que se podía ver en el horizonte mientras escuchaba la misma canción una y otra vez.

Siendo sincero, no sabía muy bien si me había perdido o si me habían abandonado, no sabía que había hecho mal o que camino erróneo había podido tomar para llegar a tal situación, pero la cuestión es que aquí estaba y la marcha atrás no parecía una dirección aconsejable. ¿Qué podía hacer entonces?
Distraído empecé a morder el bolígrafo de tinta negra que traía conmigo mientras leía algunas frases escritas por mí hace ya unos meses. Algunas todavía me seguían llenando, otras apenas recordaba por qué las había escrito y muchas otras, a pesar de que me gustaban, habían perdido todo sentido para mí.
Pensé en encontrar consuelo en la música, cosa que ya había hecho en otras ocasiones, pero ni siquiera en eso me iba bien. Los estudios parecían haberme dado la espalda, el amor ... bueno, para qué hablar de un tema del que nunca saco cosas buenas. Por último quedaba la amistad, la cual en ciertos aspectos era en la que mejor me iba y en otros tantos la que peor. He conocido gente nueva pero muchos de los que creía "mis amigos" me han abandonado, pero bueno, mirándolo por el lado bueno supongo que poco a poco sólo quedarán los que verdaderamente son amigos míos. Así que, antes de cerrar mi libreta y volver a ponerme de pie, decidí aferrarme a eso.



"Quise compañía y obtuve un monólogo, quise un final feliz y me quedé en el prólogo". Nach