martes, 19 de julio de 2011

Live.

Era un día lluvioso, yo avanzaba lentamente por una calle abarrotada de gente bajos sus respectivos paraguas. Con las manos en los bolsillos y empapado hasta arriba seguí andando sin que me importase absolutamente nada, ni siquiera el agua que caía en mi cara y me enturbiaba la vista era capaz de detener mi paso.

La gente parecía tener curiosidad por mí al verme ir por la calle con esta lluvia al descubierto, pero sus miradas me eran indiferentes, tenía que llegar a ese sitio y verlo de nuevo.

Una vez en la esquina giré a la derecha, avancé unos cien metros y me detuve ante un enorme edificio abandonado bastante viejo, después de tanto tiempo había vuelto a aquel lugar...

Sin esperar ni un segundo más me dirigí hacia la puerta, encima de la cual había un letrero en el que todavía se podía leer “Guardería El país de los sueños”. En el interior mientras miraba con detenimiento cada detalle de la habitación en la que me encontraba, era un hall con una pequeña sala de espera en la cual había llegado a haber algunos asientos de diversos de colores en sus mejores tiempos, las paredes antes decoradas con diversos colores y dibujos ahora se encontraban en un estado lamentable con un tono grisáceo.

Fui avanzando por un pasillo bastante oscuro hasta que llegué a una habitación, empujé la puerta con suavidad y se abrió con un chirrido, dicha habitación era los restos de mi antigua clase, cuando yo solo tenía 2 años… Todavía quedaban algunos juguetes viejos y polvorientos, además de lo que yo había venido a buscar... Tenía la inocente esperanza de que volviendo aquí podría aclarar mis ideas, empezar de cero, volver a nacer, de que volviendo a tener 2 años podría olvidar todas mis preocupaciones… Me quedé así un buen rato mirando al infinito, hasta que volví en mí y me di la vuelta.

Ya era tarde para intentar “resetear” mi vida, en parte hubiera estado bien que eso fuese posible, pero como no lo es, no queda más remedio que seguir teniendo preocupaciones, quebraderos de cabeza, decepciones, depresiones… pero al mismo tiempo, por otra lado, también tendré alegrías, risas, viviré experiencias que nunca podría vivir un niño de 2 años… y es que, en eso consiste la vida, ¿no? En tener experiencias buenas y malas, y saber llevarlas para adelante, no podía quedarme estancado en una burbuja, simplemente tenía que seguir viviendo mi vida, sin que me importase nada de mi alrededor, siendo yo mismo, sin dejar que nada ni nadie me cambie.

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